¿Has sentido alguna vez que de
repente todo tenía sentido? ¿Has experimentado la sensación
de poder "cerrar el círculo"?
Es lo que me ha sucedido cuando me he encontrado con mi propia serendipia.
Los tres príncipes de Serendip es un cuento que escuché por primera vez en el colegio. No recuerdo muy bien qué edad tenía, pero sí que la intención de la profesora fue transmitirnos la importancia de la prudencia y la humildad.
Ha
sido mi búsqueda por entender la
serendipia la que me ha llevado a releer este antiguo cuento de origen persa.
Serendipia
es un término que no recoge el
diccionario de la Real Academia Española, se trata de un neologismo
de la palabra serendipity que acuñó el escritor y político inglés Horace Walpole.
En
1754, escribió una carta a su amigo Horace
Mann, diplomático británico en Italia, en la que utilizaba el término serendipity refiriéndose
a este cuento.
Mann había enviado a Walpole un retrato de Bianca Capello, aristócrata del s. XVI que luego se convirtió en Gran Duquesa de Toscana al casarse con Francesco de Médici. Como el cuadro no tenía marco, Walpole quiso ponerle uno con el escudo de armas de los Capello. En la carta, explicaba a su amigo que había tenido mucha suerte ya que buscando el escudo de los Médici en un libro veneciano de heráldica, encontró el de los Capello:
La
serendipia se define como el descubrimiento o hallazgo afortunado que se
realiza de manera accidental e inesperada.
Ha
sido muy frecuente en la historia, sobre todo en el campo de la ciencia. Louis
Pasteur, Alexander
Fleming o Albert Einstein reconocieron la serendipia en algunos de sus
hallazgos.
¿La serendipia es sólo cuestión de suerte?
No creo que la serendipia consista sólo en estar en el sitio y el momento adecuado. Como decía Jacinto Benavente: “Muchos creen que el talento es
cuestión de suerte, pero pocos saben
que la suerte es cuestión de talento.”
Hay
que buscar la oportunidad, no existen los golpes de suerte sin trabajo, sin
esfuerzo y sin fe en encontrarlos.
“La suerte favorece sólo a la mente
preparada."
Louis Pasteur
Hay actitudes que facilitan la serendipia, al igual que hay
factores que la dificultan o la impiden. Alicia Pomares escribió un artículo muy interesante al
respecto, Los enemigos de la serendipia y la innovación, en su blog llamado muy acertadamente Serendipia.
Es
posible educar personas y formar profesionales para poder favorecer la serendipia.
Constancia,
aprendizaje permanente, curiosidad, creatividad, intuición, innovación, tolerancia al fracaso, etc.,
son capacidades que pueden y deben ser estimuladas desde que somos niños, también en el mundo de la empresa.
¿Qué
puedo hacer para encontrar mi serendipia?
Aprender sobre muy diversos temas, no especializarnos sólo en un área de conocimiento estanco.
Cuantos más conocimientos tengamos y más variados sean, mayor habilidad tendremos para ver más allá de lo que ven los demás.
Sentir pasión por nuestro trabajo. La
mejor manera para lograr un descubrimiento o poder innovar es poner pasión en lo que hacemos. Si tenemos un trabajo que no nos gusta
o nos sentimos mal en nuestra organización o en nuestro equipo, será muy difícil poder encontrar la serendipia.
Desarrollar nuestros sentidos. Muchas respuestas a
situaciones complicadas están dentro de nosotros, y para encontrarlas
sólo tenemos que saber escuchar,
saber buscar y compartirlas con los demás. Descubrir algo exige huir
de la ambición y la soberbia para poder
tener la mente abierta por completo.
Flexibilizar
nuestra manera de pensar e interpretar el entorno. Evolucionar nuestra
capacidad de aprendizaje y desaprender hábitos y creencias para poder
adquirir otros nuevos. Tolerar los errores
y utilizarlos como aprendizaje.
El
fracaso no siempre se debe a tomar decisiones equivocadas, en muchos casos se
debe a no tomar decisión alguna.
Fomentar
la creatividad como elemento básico para generar nuevas ideas
y conectar entre sí aquellas que aparentemente no
tienen relación.
“Para
tener éxito, la planificación sola es insuficiente. Uno debe improvisar
también.” Isaac
Asimov.
En
la situación actual necesitamos
reinventarnos de manera individual, cambiar las empresas y nuestro modo de
concebir el trabajo. Para todo ello la serendipia juega un papel crucial.
Desde
RRHH tenemos que desarrollar una gestión, una cultura y un clima que facilite
la serendipia en la organización, pero de nada servirá si no va acompañada de una actitud adecuada para
la serendipidad por parte de cada profesional.
¿Te animas a encontrar la
serendipia?
“No pretendamos
que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor
bendición que puede sucederle a
personas y países, porque la
crisis trae progresos.
La
creatividad nace de la angustia como el día
nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los
descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí
mismo sin quedar superado.
Quien
atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y
respeta más a los
problemas que a las soluciones.
La
verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia.
El
inconveniente de las personas y los países
es la pereza para encontrar las salidas y soluciones.
Sin
crisis no hay desafíos, sin desafíos
la vida es una rutina, una lenta agonía.
Sin crisis no hay méritos. Es en la
crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es
caricia.
En
los momentos de crisis, sólo la imaginación
es más importante que el
conocimiento".
Albert Einstein