¿Estás dispuesto a pagar el precio de tu marca personal?


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Para los que como yo rondáis los cuarenta o ya no los vais a volver a cumplir, seguro que recordáis la serie Fama, uno de los grandes éxitos televisivos de los años 80.

Fama contaba la historia de un grupo de jóvenes multicultural y multiracial aspirantes a bailarines, músicos y actores que estudiaban en la estricta escuela ‘New York City High School for the Performing Arts’.

Una de las frases más famosas de la serie que se grabó en nuestra memoria a fuego aparecía en los títulos de crédito iniciales y la decía Lydia, la profesora de baile:

“Buscáis la fama, pero la fama cuesta, pues aquí es donde vais a empezar a pagar…con sudor”.

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Se convirtió en el eslogan de esta producción y resumía perfectamente la filosofía del esfuerzo que significa llegar a ser un artista reconocido.
Si algo nos enseñó esta serie es que la fama es una de las consecuencias del esfuerzo.






Extrapolando esta filosofía a nuestro entorno socio económico actual caracterizado por la escasez de oportunidades profesionales, nuestro esfuerzo debemos enfocarlo a ser más empleables.

El concepto de empleabilidad hace referencia a las posibilidades que tiene un profesional para encontrar un empleo, así como a la capacidad que posee para resultar atractivo al mercado laboral.

La dimensión externa de la empleabilidad determina el nivel de competitividad de un trabajador en el mercado laboral: el ciclo económico actual, la evolución negativa de la actividad de algunos sectores, las oportunidades de empleo, los perfiles profesionales más demandados, etc.
Es una dimensión sobre la que poco podemos influir.

Sin embargo, la empleabilidad interna está ligada a los factores de personalidad, las competencias profesionales, la marca personal, una cuidada reputación e imagen y una buena gestión de nuestra red de contactos (networking).
                                                                                                                                                      
Es nuestra responsabilidad como profesionales ser conscientes de nuestra empleabilidad, para trabajar sobre ella y aumentarla en un mercado laboral muy competitivo.
Tenemos que aprender a ser empleables porque la empleabilidad no es algo innato.

Dado que el mercado laboral está en constante evolución nos exige adaptarnos a su ritmo de cambio, si además podemos adelantarnos, seremos mucho más empleables que el resto de profesionales, aumentaremos nuestro atractivo en el mercado laboral.
Aquí entra en juego un nuevo concepto de empleabilidad 2.0: el cv social.

El currículo social tiene tres componentes: tu identidad digital, tu red de contactos y tu marca personal.

La creación y el cuidado de la marca personal es un proceso a muy largo plazo, no es fácil ni barato por la alta exigencia de tiempo que requiere.

Establecer una marca personal consiste en identificar, desarrollar y comunicar bien las características que nos hacen destacar, ser influyentes y diferentes en un entorno donde se fomenta la homogeneidad.

Como dice Laura Chica "Cuando construyes sobre tus fortalezas, construyes sobre rocas. Cuando construyes sobre tus debilidades, construyes sobre arena movediza. Nuestras fortalezas y debilidades interfieren en la forma en que enfocamos la vida. Trabajar sobre nuestras fortalezas nos hace tener una actitud más positiva."

Desde la infancia vivimos en una sociedad de prototipos, patrones y moldes en la que para alcanzar el éxito debemos desmarcarnos del grupo, diferenciarnos y sobre todo creer en lo que hacemos y ser felices haciéndolo.

“El Universo es un catálogo de infinitas posibilidades”. Francisco Alcaide
Cada uno de nosotros debe identificar su fortaleza e intentar ser muy bueno, si no el mejor.
  
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Y aquí viene la pregunta importante: ¿estás dispuesto a pagar el precio de tu marca personal?

Todo parece muy bonito y muy sencillo, pero parafraseando a la profesora  de la serie de fama: una buena marca personal cuesta, y se  paga con sudor y empeño. Pero además hay un factor importante que debemos tener en cuenta. A medida que tu marca personal empiece a posicionarse, conforme empieces a brillar te encontrarás con personas que cambiarán su actitud hacia ti y como dice mi amiga Eva Collado Durán, tendrás que aprender a “gestionar la envidia”.



“Pero sus estridentes ladridos sólo son señal de que cabalgamos”. Goethe

Crear, innovar, romper los moldes implica transgredir la zona de confort de empresas y personas.
Construir una marca personal sólida no es tarea para personas ociosas, requiere perseverancia, una alta dosis de confianza en ti mismo y especialmente fortaleza para luchar contra los que quieran restarte la visibilidad que vas ganando.
  
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Mientras avanzas aparecerán personas que al haberse dado cuenta de tu progreso y del aumento de tu atractivo para el mercado laboral, no podrán soportar tu éxito y en lugar de trabajar su propia empleabilidad interna expresarán su frustración “ladrando”, como decía Goethe en su poema.
Cuando tu carrera profesional progrese se te criticará con insistencia, pero no te preocupes, será una señal de que lo estás haciendo bien.


No te desanimes, mantén la fe en ti mismo, cuando trabajas en lo que crees serás feliz y podrás escoger tu propio camino, aunque no sea fácil y te equivoques en algunas decisiones, pero serás el responsable de tu futuro.
 
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“Todos somos unos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar a un árbol, él vivirá toda su vida creyendo que es un estúpido.”
                                                                                                                              Albert Einstein