El elevado coste de la incoherencia

SOY VEGETERIANA EN LA OFICINA PERO POR LAS NOCHES ME GUSTA CENAR UN BUEN ENTRECOT


Hace unos meses volví a leer Un mensaje a García. Por si alguien que lea este post no sabe de qué estoy hablando, resumidamente diré que es un ensayo escrito por Elbert Hubbard, en el que se cuenta la historia del soldado Rowan, que es llamado para entregar de parte del presidente de EEUU un mensaje al jefe de los rebeldes,  durante la Guerra hispano-estadounidense de finales del siglo XIX.
Lo curioso de la historia es que Rowan recibe el encargo y se limita a aceptarlo y a entregar el mensaje sin cuestionar nada ni protestar, a pesar de que nadie le proporciona información ni medios para encontrar al destinatario.

Esta historia es muy utilizada para hablar de motivación, sentido del deber y sobre todo compromiso.
Supongo que a todos los que somos responsables de un equipo de personas nos gustaría tener al menos un perfil como el soldado Rowan, quien al encargarle una tarea complicada y sin apoyo ni información suficiente, no sólo no la rechaza ni la cuestiona, sino que es capaz de realizarla con la mayor eficacia.
Y aquí viene la cuestión de reflexión de mi post de hoy: el compromiso y la importancia de la coherencia.

En los últimos foros a los que he asistido últimamente se habla con mucha frecuencia del problema de la falta de compromiso y como consecuencia, de la baja productividad y resultados insuficientes.
Es cierto que con tantos despidos, recortes salariales e inestabilidad económica, hay trabajadores que reducen su implicación en la empresa, a veces como protesta por las medidas adoptadas por la dirección o como una respuesta psicológica a la situación que están viviendo, pero y ¿cuándo ocurre con los buenos profesionales que estaban muy comprometidos? ¿Qué ha sucedido?
El éxito en una compañía no se puede alcanzar de manera autónoma, siempre depende de un equipo de personas. Cuando el CEO o el directivo se queja de la falta de compromiso de sus trabajadores, debería reflexionar sobre si la empresa o él mismo se merecen la implicación y el compromiso de las personas de la organización.

Si tu pareja o tu mejor amigo te traicionan, pierdes la confianza en esa persona y cuesta mucho volver a recuperarla, en ocasiones ni siquiera se consigue y la relación se acaba rompiendo. ¿Y si nos planteamos esta misma situación desde la óptica empresarial?

Una relación, aunque sea laboral, es una correspondencia entre una persona con otra. La organización influye en cada trabajador y el compromiso o la falta del mismo del trabajador, también afecta a la organización.
La base del compromiso es la confianza, si ésta se traiciona o simplemente no se genera, no se puede esperar contar con profesionales comprometidos.

Existen factores que influyen en la generación de confianza y en el compromiso, siendo los más importantes: la credibilidad, la coherencia y la integridad como sinónimo de transparencia.

Un buen líder no es el que oculta información ni elude comunicar los aspectos delicados a sus colaboradores.

La actuación de la dirección de la empresa debe ser el reflejo de los valores y principios que transmite con su discurso. No hay una actitud que provoque mayor rechazo que la incoherencia entre lo que se dice y se hace.

Si no somos capaces de generar un clima de confianza en la organización no será posible generar innovación, aflorar talento ni obtener compromiso.

La confianza se gana o se pierde y es responsabilidad de los líderes mantener la coherencia entre la palabra y la acción.

Antes de preocuparnos por motivar, esforcémonos por no desmotivar. Antes de pensar cómo generar espacios de confianza, cuidemos y procuremos no perder la que ya han depositado en nosotros y en la empresa.

En la otra cara de la moneda, ¿cuántos trabajadores que no están comprometidos se quejan de que la empresa no se vuelca más con ellos? Suelen ser estas personas las que hablan constantemente de sus derechos, pero que rara vez se acuerdan de sus deberes.

Una relación profesional es como otro tipo de relación de amistad, sentimental, fraternal… es un camino de doble vía y exige reciprocidad en la confianza, respeto e implicación.

Los actos de un jefe, un líder, un directivo tienen que ser coherentes con lo que dice. No se puede ser vegetariano por la mañana y omnívoro por la noche, somos una cosa o la otra el día completo, y lo que explicitemos en público, hemos de mantenerlo en privado.

Trabajemos en ser coherentes.


“Si no hay sentido de confianza en la organización, si las personas viven preocupadas por cubrirse las espaldas… la creatividad será una de las primeras víctimas”
Napoleón





10 comentarios:

  1. Que bueno Sonia, esto efectivamente se traslada a cualquier tipo de relación en la vida. A nivel empresarial es tan importante como en todo lo demás, el que tu gente (odio llamarles empleados), tu equipo funcione, se basa en la confianza, el caminar codo con codo, todos formamos parte de una cadena que para seguir siendo fuerte tiene que estar únida básicamente por unos valores, compromisos y responsabilidades. Me ha encantado leerte, ya te sigo, yo me muevo en el mundo de la moda y la belleza, creo equipos y quiero mucho a la gente, para mi es primordial "todo el mundo es bueno mientras no se demuestre lo contrario" "todos podemos conseguir lo que queramos, solo necesitamos al lado a la persona que nos empuje y nos diga, tu puedes".

    Un Beso.

    www.carmenhummer.com

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    1. Muchísimas gracias Carmen por tu comentario y por el cariño que transmites. Me encanta saber que hay personas como tú, preocupadas por acompañar y desarrollar un equipo y viendo el lado humano.

      Un beso.

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  2. Muy buen post, Sonia. Desde mi punto de visa el liderazgo, el compromiso y casi todas los aspectos de la gestión de personas son "una carretera de doble sentido".

    A menudo uno ve que los directivos se quejan de la falta de compromiso y productividad, pero cuando uno se fija en los comportamientos de algunos es normal que exista esa falta de compromiso / productividad.

    Pero lo mismo ocurre con el resto del equipo, muchos se quejan de sus jefes, pero al ver su forma de actuar y comportase es normal que los jefes se quejan y no estén contentos, y en no pocas ocasiones los problemas no están arriba sino abajo.

    Desde luego, todos tenemos que hacer propósito de mejora, porque todo parte de ahí. Si uno da y hace lo que tiene que hacer todo mejora.

    Felicidades. Salu2.

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    1. Muchas gracias Francisco por leer el post y por tu comentario. Estoy de acuerdo en que cuando nos fijamos en la actitud de algunos colaboradores y jefes, nos explicamos muchas cosas. Así que tendremos que seguir esforzándonos en mejorar.

      Un abrazo.

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  3. Muy buen artículo.
    Los ahora llamados CEO, que son los jefes de toda la vida no están preparados para estos tiempos.

    Felicidades por la plantilla. Le has sacado buen partido a blogger.

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  4. Ante todo felicidades por la entrada!!! Te diré que toda mi vida he tenido pequeños negocios pero también he trabajado por cuenta ajena, con lo cual siempre me he implicado mucho en las empresas donde he trabajado y he ofrecido más de lo que se me exigía, trabajando como si la empresa fuera mia. El reconocimiento viene al principio pero poco a poco lo que tú ofrecias de buena fé se acaba convirtiendo en una obligación y es ahí donde falla la relación. Yo he estado realizando tareas de gerencia cuando simplemente era una contable, cobrando sueldo de administrativa y como ese te puedo contar mil ejemplos. Cuando renuncié al puesto desquiciada de los nervios todo fueron llantos y súplicas para que volviera, aumento de sueldo, mejoras de las condiciones... pero obviamente no volví, porque como bien has dicho, ya mis jefes me habían fallado y no confiaba en que nada fuera a cambiar. Hay que ponerse en el lugar de los jefes pero también hay que comprender a los trabajadores y motivarles. Un saludo!!!

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    1. Muchísimas gracias Alicia, no sólo por leer el blog sino por querer compartir tu experiencia en él.
      Por las cosas que cuentas estoy convencida de que tú sí cuidas la relación con las personas de tu equipo y eres consciente de que la confianza exige una doble vía.

      Un abrazo :-)

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  5. Sonia, ¡Me parece fundamental esta entrada! Deberían leerla todos los directivos y trabajadores del mundo: coherencia, responsabiliad, co-responsabilidad, reciprocidad,... Piedras preciosas de rara existencia :)

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Es curioso que estamos en un momento donde cada vez se nos exige más esfuerzo y compromiso por parte de personas con un discurso absolutamente incoherente con su comportamiento.
      Parece que aquello de "predicar con el ejemplo" ha caído en el olvido, así que habrá que recordarlo de vez en cuando, ¿no te parece?
      :-)
      Un abrazo.

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