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Cómo luchar contra el ataque de los ladrones de tiempo


En la oficina se esconden numerosos ladrones de tiempo: teléfono, correos que llegan sin parar, llamadas telefónicas, personas que necesitan que les atiendas inmediatamente, reuniones interminables e incluso en ocasiones, sistemas de mensajería instantánea.


Para ser más productivo en el trabajo en primer lugar necesitas generar un buen clima y entorno, porque es el lugar donde vas a pasar largas jornadas laborales. Al igual que cuesta conciliar el sueño en un dormitorio desordenado donde te sientes incómodo y en el que tienes que dormir al lado de tu pareja con la que acabas de discutir, intentar ser productivo en un espacio atiborrado de informes, documentos, etc. con el caos desplegándose a sus anchas por tu mesa y/o despacho y con una relación con los compañeros en la que cualquier chispa podría hacer arder Troya, va a resultarte muy difícil.
 
No se trata de que tu espacio de trabajo parezca una foto sacada de una revista, pero sí que te permita trabajar cómodamente, encontrar la información que necesites y que no te distraiga tu propio desorden.

Si no pones medidas para minimizar los ataques de los ladrones de tiempo sentirás que tras una larga jornada de ocho horas (e incluso más) no has hecho nada de lo que tenías pendiente. ¿Qué puedes hacer entonces?

Respecto al correo electrónico: dedica un rato al día para responder todos los correos, puede ser un buen momento al llegar a la oficina y te vas despertando del todo, a la hora del mediodía o antes de irte, para desconectar de lo que estabas haciendo. Trabaja con carpetas para que resulte fácil buscar la información que necesites, de manera que tu bandeja de entrada no tenga más de diez mensajes, así no te agobiarás cada vez que entres y tendrás más sensación de control.

Si tienes que trabajar en un informe o concentrarte en algo relevante, desactiva las notificaciones de correo entrante o incluso cierra el correo. Solemos priorizar atender a los mensajes en lugar de otras tareas, muchas veces porque es difícil obviar ese tintineo constante que nos avisa de que nos están escribiendo.

Respecto a las llamadas. Claro está que depende de tu puesto, pero si no trabajas en un call center o puedes devolver las llamadas más tarde, haz lo mismo que en el caso de los correos. Intenta desviar el teléfono si existe la posibilidad, o baja el volumen del aparato y después dedica un rato a devolver llamadas. Si alguien necesita contactar contigo urgentemente, no te preocupes, te localizará seguro.

Para intentar enfocarte en cuestiones importantes a las que en  general les damos menos urgencia que al teléfono o al correo electrónico, puedes separarte físicamente si tu espacio de trabajo te lo permite, o escuchar música con auriculares que te ayude a concentrarte y te aísle del ruido del resto de la oficina. Si adviertes a los compañeros de alrededor que te pones en modo concentración total y te aíslas con música, probablemente respeten tu necesidad de recogimiento y no te molesten.

El tema de las reuniones es más complicado porque no depende de ti, pero sí hay algo que puedes hacer: prepararla bien, recopilar toda la información que necesites, revisar tus notas de una reunión previa si la hubo y solicitar a quien la convoque que envíen el orden del día. Asistir a una reunión sin conocer los temas a tratar por todos los convocados y sin llevarla preparada puede hacer que se extienda hasta el infinito y más allá, como diría Buzz Lightyear.

 
Igual eres una persona que padece fobia a las listas, pero revisar lo que tienes pendiente, lo que te han pedido que hagas y lo que necesitas que otros realicen puede ayudarte a organizar tus ideas sobre un papel. Tachar cosas que te has quitado de encima de una “to do list” puede resultar motivador por otra parte.

Por último, algo muy importante: las relaciones sociales. Trabajar en una empresa tóxica puede consumir toda tu energía, por lo que apenas te sentirás capaz de hacer tu trabajo, sobrevivir en un entorno así ya es una ardua labor.

Por otro lado, dar rienda suelta a tu genio o peculiar carácter con compañeros, colaboradores y jefes, te sumará más problemas para desarrollar tus funciones y perjudicará notablemente tu rendimiento y en especial el de los demás.

Tus compañeros de trabajo no tienen que ser tus amigos, si al final se convierten en ellos, genial, pero lo crucial es que tengas una relación lo suficientemente agradable con ellos como para que levantarte e ir a la oficina no sea un suplicio y que si tienes un mal día, alguien te anime y te ayude a sobrellevarlo.

Interesarte por los demás, por su bienestar, ayudarles si puedes hacerlo, en resumen, ser buen compañero/a es una relación de ganar-ganar. La inversión de tiempo que haces en las personas que trabajan a tu lado es  de las más rentables en el mundo profesional, te lo aseguro. Gestionar las envidias, controlar a los trepas, respirar hondo para no entrar en un ataque dialéctico puede requerirte energía, pero mucho menos que si te dejas arrastrar en la marea nociva que suele habitar en las empresas.

Todos queremos trabajar al lado de quien siempre tiene una sonrisa en la cara y enfoca el día a día con optimismo. El contagio emocional positivo afecta a la productividad.
 
 La productividad es una orientación del carácter que pueden tener todos los seres humanos, en el grado en que no se encuentren emocionalmente inválidos. Las personas productivas animan lo que tocan. Hacen surgir sus propias facultades, y dan vida a las personas y a las cosas

Erich Fromm
 
Post escrito para un artículo de la revista @trendencias 
 
 
 






Descubriendo la serendipia


¿Has sentido alguna vez que de repente todo tenía sentido? ¿Has experimentado la sensación de poder "cerrar el círculo"?


Es lo que me ha sucedido cuando me he encontrado con mi propia serendipia.




Los tres príncipes de Serendip es un cuento que escuché por primera vez en el colegio. No recuerdo muy bien qué edad tenía, pero sí que la intención de la profesora fue transmitirnos la importancia de la prudencia y la humildad.

Ha sido mi búsqueda por entender la serendipia la que me ha llevado a releer este antiguo cuento de origen persa.

 

 

Serendipia es un término que no recoge el diccionario de la Real Academia Española, se trata de un neologismo de la palabra serendipity que acuñó el escritor y político inglés Horace Walpole.

En 1754, escribió una carta a su amigo Horace Mann, diplomático británico en Italia, en la que utilizaba el término serendipity refiriéndose a este cuento.



Mann había enviado a Walpole un retrato de Bianca Capello, aristócrata del s. XVI que luego se convirtió en Gran Duquesa de Toscana al casarse con Francesco de Médici. Como el cuadro no tenía marco, Walpole quiso ponerle uno con el escudo de armas de los Capello. En la carta, explicaba a su amigo que había tenido mucha suerte ya que buscando el escudo de los Médici en un libro veneciano de heráldica, encontró el de los Capello:

 "Este descubrimiento ha sido casi como de los que yo llamo de serendipidad, una palabra muy expresiva (...) Leí un sencillo cuento titulado Los tres príncipes de Serendip. A medida que sus altezas reales viajaban, por accidente y gracias a su sagacidad, iban descubriendo cosas que no buscaban"

 

La serendipia se define como el descubrimiento o hallazgo afortunado que se realiza de manera accidental e inesperada.

Ha sido muy frecuente en la historia, sobre todo en el campo de la ciencia. Louis Pasteur, Alexander Fleming o Albert Einstein reconocieron la serendipia en algunos de sus hallazgos.


¿La serendipia es sólo cuestión de suerte?

No creo que la serendipia consista sólo en estar en el sitio y el momento adecuado. Como decía Jacinto Benavente: Muchos creen que el talento es cuestión de suerte, pero pocos saben que la suerte es cuestión de talento.

Hay que buscar la oportunidad, no existen los golpes de suerte sin trabajo, sin esfuerzo y sin fe en encontrarlos.

 

“La suerte favorece sólo a la mente preparada."
                                                                                                                   Louis Pasteur

 
Entonces ¿se puede buscar la serendipia?

 
Hay actitudes que facilitan la serendipia, al igual que hay factores que la dificultan o la impiden. Alicia Pomares escribió un artículo muy interesante al respecto, Los enemigos de la serendipia y la innovación, en su blog llamado muy acertadamente Serendipia.

Es posible educar personas y formar profesionales para poder favorecer la serendipia.

Constancia, aprendizaje permanente, curiosidad, creatividad, intuición, innovación, tolerancia al fracaso, etc., son capacidades que pueden y deben ser estimuladas desde que somos niños, también en el mundo de la empresa.

 
¿Qué puedo hacer para encontrar mi serendipia?
 

Aprender sobre muy diversos temas, no especializarnos sólo en un área de conocimiento estanco.

Cuantos más conocimientos tengamos y más variados sean, mayor habilidad tendremos para ver más allá de lo que ven los demás.

Sentir pasión por nuestro trabajo. La mejor manera para lograr un descubrimiento o poder innovar es poner pasión en lo que hacemos. Si tenemos un trabajo que no nos gusta o nos sentimos mal en nuestra organización o en nuestro equipo, será muy difícil poder encontrar la serendipia.

Desarrollar nuestros sentidos. Muchas respuestas a situaciones complicadas están dentro de nosotros, y para encontrarlas sólo tenemos que saber escuchar, saber buscar y compartirlas con los demás. Descubrir algo exige huir de la ambición y la soberbia para poder tener la mente abierta por completo.

Flexibilizar nuestra manera de pensar e interpretar el entorno. Evolucionar nuestra capacidad de aprendizaje y desaprender hábitos y creencias para poder adquirir otros nuevos.  Tolerar los errores y utilizarlos como aprendizaje.

El fracaso no siempre se debe a tomar decisiones equivocadas, en muchos casos se debe a no tomar decisión alguna.

Fomentar la creatividad como elemento básico para generar nuevas ideas y conectar entre sí aquellas que aparentemente no tienen relación.

Para tener éxito, la planificación sola es insuficiente. Uno debe improvisar también.” Isaac Asimov.

 

En la situación actual necesitamos reinventarnos de manera individual, cambiar las empresas y nuestro modo de concebir el trabajo. Para todo ello la serendipia juega un papel crucial.

Desde RRHH tenemos que desarrollar una gestión, una cultura y un clima que facilite la serendipia en la organización, pero de nada servirá si no va acompañada de una actitud adecuada para la serendipidad por parte de cada profesional.

 
¿Te animas a encontrar la serendipia?

 

 

 No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.

La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia.

El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones.

Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.

En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento".

 Albert Einstein