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Algunas reflexiones sobre el futuro laboral


Este fin de semana se ha celebrado en Sevilla la octava edición del Evento Blog España (EBE) bajo el lema “Disrupción Global”.
Tras varios años asistiendo a EBE, en esta ocasión los RRHH se han abierto un pequeño hueco y he tenido la gran oportunidad de participar como ponente para hablar sobre el futuro del mundo profesional. En el post de hoy dejo un resumen de mi intervención #profesionalEBE.
 

¿Cómo será el futuro?
Como decía S.C. Lewis El futuro es algo que cada cual alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga y sea quien sea.
Sobre el futuro podemos hacer infinidad de preguntas pero obtener muy pocas respuestas, aunque sí hacer predicciones más o menos certeras.
Para intentar imaginar cómo será el mañana del mundo laboral hay una realidad incuestionable de la que partir y es la evolución que ha sufrido la sociedad.
No importa el nombre que utilicemos para referirnos a ella (sociedad 2.0, de la información, del conocimiento, del talento, etc.) sino las características que la definen.
Como la califica Bauman, estamos en una sociedad líquida. Ya no vivimos en un mundo estanco ni sólido, sino en uno tan cambiante como un líquido.
Los sólidos conservan su forma y permanecen en el tiempo, sin embargo, los líquidos están en continua transformación, fluyen, se filtran, son imprevisibles.

¿Cómo nos afecta a los profesionales vivir en una sociedad líquida?
El concepto de puesto de trabajo tradicional tiene su origen en el Taylorismo, método de organización del trabajo que partía de la premisa de una comunidad estable, con pocos cambios y empleos para toda la vida. Pero en estos momentos un empleo no equivale a seguridad y las carreras profesionales están dejando der ser exclusivamente lineales ascendentes.
La diferencia que existe ahora entre el profesional de factura y el profesional de nómina empieza a difuminarse y llegará un punto en el que finalmente desaparezca.
El trabajador por cuenta propia no será el único que preste servicios por proyectos, lo haremos todos. Sustituiremos el concepto de puesto de trabajo por el de proyecto y el de empleador por el de cliente.
Este cambio nos confiere una gran autonomía y libertad para trazar nuestro trayecto profesional. Las vidas laborales serán cada vez más individualizadas.
No sé si alguien recordará una de las frases míticas de Henry Ford: “¿Cómo es que cuando quiero un par de manos también me traen un ser humano?”
El señor Ford no daría crédito al giro que han tomado las cosas porque el valor más preciado de un profesional es y será su talento, su cabeza y no sus brazos.

Para los que nos gusta asumir nuestros propios retos y disfrutar de una parcela de independencia en la que desempeñar nuestras funciones estamos de enhorabuena. Pero para las personas que prefieren entregar las riendas de su vida al jefe o a la empresa y que sean estos los que tiren del carro, me temo que no son buenas noticias.
Ser independientes no es tan fácil como pueda parecer porque tiene consecuencias a las que aún no estamos acostumbrados. Me refiero a un modelo de trabajo que ofrece muchas oportunidades pero también es muy exigente con cada persona.
Los nuevos profesionales deben contemplar su futuro como una evolución permanente. Lo importante es la actitud, las competencias personales y el talento, el expediente académico tendrá cada vez menos valor. ¿Y por qué lo creo? Porque es muy difícil competir con un profesional que sienta pasión por lo que hace, ya que es el que busca la excelencia.
Las empresas no pueden soportar el coste económico de una estructura fija sobredimensionada, por lo que tenderán a quedarse con una mínima estructura muy flexible que permita atraer a buenos profesionales para proyectos concretos. Como una obra de teatro o una producción cinematográfica, parte de ese gran equipo se disuelve cuando finaliza el proyecto para dedicarse a otros igual de interesantes, si no más.

¿Pero cómo será exactamente el profesional del siglo XXI?
Será un emprendedor de la vida, un e-lancer, un knowmad.
El concepto de knowmad creado por John Moravec combina los términos know (conocimiento) y nomad (nómada). Se refiere al nómada del conocimiento y es el profesional que es valorado por su conocimiento personal.
El knowmad no tiene una edad determinada, cualquiera puede serlo siempre y cuando reúna una serie de características: creatividad, innovación, colaboración, motivación, adaptación, flexibilidad, etc.
Si quieres ser un knowmad debes saber que serás tú quién construyas tu propia carrera profesional, estando en aprendizaje permanente y experimentando constantemente. Necesitarás desaprender rápido y crear redes para conectar ideas, personas y proyectos. Será crucial que seas capaz de generar conocimiento horizontal.
La sociedad del talento en la que estamos inmersos nos exige aprender rápido y de manera constante. En las redes sociales  se produce un aprendizaje invisible, un aprendizaje inesperado e informal entre pares.
La transferencia de conocimiento no precisa tener un carácter informal, el conocimiento tácito se da en este aprendizaje invisible para determinadas empresas e instituciones.
 

En un mundo donde hay tanta cantidad de información y que gracias a la tecnología se difunde y se comparte muy rápidamente, los ciclos de innovación son cada vez más cortos. La innovación de ayer es el estándar de hoy y la obsolescencia del futuro.
Esto significa que debemos ser únicos, insustituibles y aportar algo diferente. El valor reside ahora en filtrar, traducir y seleccionar información para generar conocimiento y conectar saberes y contextos.
Pero llegados a este punto nos encontramos con un gran obstáculo. No nos han enseñado ni nos han educado para ser autónomos, para asumir riesgos ni para diferenciarnos del resto. Nos han engañado, sí lees bien, nos han engañado.
Desde que somos pequeños nos han educado y nos han entrenado para ser mediocres. Nos han dicho que si somos mediocres, trabajamos en empresas mediocres y no destacamos no tendremos problemas. Sin embargo, ahora descubrimos que es mentira y lo peor de todo,  después de iniciar la partida hace mucho tiempo nos han cambiado las reglas del juego sin avisar.
 

A muchas empresas y directivos se les llena la boca al proclamar a los cuatro vientos que lo que buscan son profesionales creativos, innovadores, que cuestionen la forma de hacer las cosas para ayudarles a cambiar, pero se trata de marketing, la gran mayoría continúa buscando obediencia.
En las organizaciones se castiga al que intenta hacer cosas diferentes, fomentar cambios y se equivoca, porque todos sabemos que es imposible innovar y crear sin fracasos. No obstante, no se sanciona al que no hace nada, al que no aporta valor, al que obedece sin cuestionar.

¿Qué incoherencia es esta?
Pues algo tan habitual que hasta tiene un nombre, el síndrome de la amapola alta o de la alta exposición. No te levantes ni sobresalgas o te cortarán. No hables si no te preguntan, no trabajes más de la cuenta, no tomes la iniciativa, simplemente encaja sin sobresalir.
¿Por qué admiramos a los profesionales que no suponen una amenaza para nuestro estatus? Por la sencilla razón de que si los “profesionales amapola alta” están cerca hacen sombra y además… ¿acaso no es mucho más bonito un campo de amapolas de la misma altura, todo homogéneo que con flores diversas?
Todos somos únicos en algo pero nos han educado a ser vulgares, nos han entrenado en el conformismo y nos han obligado a pasar desapercibidos. Pues ha llegado el momento de romper con el pasado y olvidar falsas creencias, llegó la hora de desaprender para aprender de nuevo.
La transición nunca se produce en línea recta pero si eludimos nuestra responsabilidad no alcanzaremos el éxito, seguiremos siendo anodinos.
 

Aunque no te muevas ¡entérate, el mundo sigue girando! Así que aprovecha las oportunidades y construye tu propio futuro, aunque te equivoques. Es preferible que diseñes tu propio camino a que te limites a seguir la ruta que han marcado otros por ti. Porque no cambiar, no empezar es mucho peor que equivocarse.
Ahora plantéate con cuántos campos de conocimiento trabajas, cuál es tu red de influencia, qué alianzas tienes, con quién colaboras y recuerda que cada interacción es una oportunidad para establecer una conexión.

Rompe moldes, dibuja tu propio mapa, identifica y desarrolla tu talento y tendrás un futuro laboral diferente, con mayor incertidumbre pero mucho más divertido e interesante.

La única manera de alcanzar el éxito será que tu talento te haga excepcional y todo ello depende de ti, ¿a qué esperas?


“Si las pasiones y los sueños no pudieran crear nuevos futuros, la vida sería un engaño”.  
                                                                                                                                             Henri Lenormand



 

El divorcio emocional con la empresa


Soplan vientos de cambio en las empresas desde hace años y la cultura 2.0 ha llegado metiendo prisa.

Algunas organizaciones van alcanzando las primeras posiciones, otras se están preparando y esforzando por adaptarse al cambio cultural, innovar y mejorar. Pero lamentablemente también las hay que siguen obstinadas en construir barricadas, tapándose los ojos y los oídos mientras murmuran a modo de mantra: “ya pasará, ya pasará y todo volverá a ser como antes. Esto sólo es una moda”.

A estas últimas les está reforzando la crisis y la alta tasa de desempleo, porque es el contexto en el que mejor funciona ejercer la autoridad basándose en el miedo.

Pero todo pasa y todo llega, y aunque el horizonte se siga viendo oscuro, el mercado laboral acabará recuperándose, aparecerán otros modelos de trabajo y los profesionales podrán poner de nuevo en valor su talento y percibir una retribución adecuada a su carrera profesional.

 “Cuando soplan vientos de cambio, algunos levantan muros y otros construyen molinos”

 
Pero… ¿qué está ocurriendo mientras tanto?

Las empresas que realmente han entendido que su sostenibilidad y crecimiento depende de su valor más preciado: el capital humano y su talento, continúan apostando por la formación, la responsabilidad social, la conciliación y el salario emocional.

Entre las que estaban a medio camino hay dos casos:

1.      Las empresas que han decidido continuar de una manera tibia, a veces por la insistencia de los “locos de RRHH”, por “y si es verdad que al final esto es rentable”, “total, ya que hay trabajo hecho”…

2.       Las que no estaban muy convencidas y en cuanto han visto  las primeras olas han decidido volver  atrás corriendo, por si se avecina una tempestad que les pille en puerto seguro.

Por supuesto, no podemos olvidar a todas las empresas que siguen rigiéndose por un modelo taylorista o que consideran que un profesional es un recurso y por una mala casualidad, humano.
Las que eran y son escépticas acerca de una gestión de personas innovadora. Las mismas que consideran que una empresa es un negocio, un ente basado exclusivamente en la cuenta de resultados, no en las personas que conforman la compañía.

 
Por cierto, para estas compañías tengo malas noticias: una organización es una gran red social y las personas son nodos que están interconectados. Cuanto mejor sea la conexión entre ellas, mejor podrá funcionar en todos los sentidos, ¡hasta en el económico!!!!!
 

Estoy convencida de que los CEOs y directivos que trabajan en seguir innovando y mejorando la gestión de personas serán los que trabajen en empresas de éxito, si no lo están haciendo ya.

Para los CEOs y directivos que están en empresas de los últimos modelos que he mencionado… les deseo suerte porque la van a necesitar, pero sobre todo les deseo que analicen sus memes y se planteen seriamente ampliar las perspectivas y cuestionar la posibilidad de cambio.


Cada vez me encuentro con más personas que están en proceso de divorcio emocional o ya se han divorciado de su empresa.

¿Y tú? ¿Te estás distanciando emocionalmente de tu empresa? Admito que a mí me ha ocurrido en alguna ocasión, ¿a quién no?

 
El divorcio emocional de un profesional comparte muchos motivos con el divorcio de una relación de pareja: decepción o desenamoramiento, engaño, falta de compromiso por la otra parte, sentirse utilizado, percibir un trato inapropiado, etc.

Cualquiera que haya convivido con su pareja sabe que para que la relación perdure en el tiempo y merezca la pena, es necesario trabajar mucho en la misma. Hay que negociar, ceder, dialogar, respetar, apoyar, cuidar y querer al otro. No es ni fácil ni gratis que una pareja tenga una relación fuerte y estable, ¿por qué creemos que en la empresa sí lo es?

Puede que algunos piensen: “¿pero dónde va a ir este con la que está cayendo ahora?”,” ¿por qué tengo que cuidar yo a mi equipo? Ni que fuera su padre”, “al trabajo se viene a trabajar, no a hablar de la familia ni de los problemas” y un larguísimo etcétera.

 
Para aquellos que estéis atravesando una crisis emocional con vuestra organización, pensad que a veces es el momento perfecto para replantearse la situación, proponer un cambio, dialogar y aprovechar la oportunidad para salir fortalecidos de las crisis, es decir, motivados y comprometidos.
 
“El fracaso consiste en no persistir, en desanimarse después de un error, en no levantarse después de caer.”


A quienes habéis determinado que el divorcio ya no tiene vuelta atrás, recordad que el ser un zombie nunca es la solución. No importa como lo llaméis: absentismo presencial, estar de cuerpo presente y de mente ausente, despido interior… no os hará sentir mejor. Es imprescindible que os replanteéis cambiar de departamento o de empresa, pero sin duda alguna debéis trabajar en vuestra empleabilidad todo lo posible.
"Cuando quedas atrapado en la destrucción, debes abrir una puerta a la creación".

Y  a los que sois responsables de un equipo de personas o de gestionar una empresa por favor, no lo olvidéis nunca: "No vemos jamás las cosas tal cual son, las vemos tal cual somos".
Haced un esfuerzo por conversar con vuestro capital humano pero sobre todo por escuchar, porque nunca es tarde para emprender el camino y evitar un divorcio emocional de un profesional siempre es una inversión rentable.

Cuidar y preocuparse por las personas que trabajan contigo es sin lugar a dudas una relación de ganar-ganar.
 
“A veces cuesta mucho más eliminar un sólo defecto que adquirir cien virtudes”.

                                                                                                                                      Jean de la Bruyère
 


Echando la vista atrás...


Desde que publiqué mi último post ha pasado bastante tiempo, pero os aseguro que ha sido un período muy intenso a nivel personal y profesional. He estado tan ocupada últimamente que no he podido publicar con la frecuencia que me gusta por respeto a quienes generosamente leéis con cariño lo que escribo en este espacio tan personal.
Admito que el retraso en publicar se ha debido a la falta de tiempo y tranquilidad para reflexionar y especialmente para ordenar todas las ideas, los sentimientos, los aprendizajes y las experiencias vividas durante este último mes.


El 6 de junio pude colaborar en el Segundo Congreso Nacional de Empresa 2.0 y Social Business   con la ponencia  El día que los RRHH se cansaron de ser recursos y empezaron a ser profesionales 2.0.

Es la segunda vez que los organizadores del Congreso han querido contar conmigo, lo que vuelvo a agradecer desde aquí.
Coincidir con compañeros de profesión como Virginio Gallardo y mi gran amiga Eva Collado, así como compartir conversaciones, anécdotas e ideas con grandes profesionales que pasaron por el congreso es algo que no tiene precio.

 
 

Respecto a mi intervención, lo que quise transmitir es que la aparición de las redes sociales ha tenido un elevadísimo impacto en el mundo de la empresa y en la gestión de personas, llegando a cuestionar los modelos de trabajo, de liderazgo e incluso de organigrama que existían hasta ahora.

Las organizaciones afortunadamente ya no tienen recursos humanos, sino que están formadas por personas y es precisamente en esta dimensión humana bien gestionada donde reside la clave del éxito empresarial. 
Aquí os dejo el enlace de la ponencia por si a alguien le interesa verla.

 
Justo al día siguiente tenía otra ponencia en la presentación de El Foro de los Recursos Humanos en Sevilla.
 
 

Los asistentes a este encuentro eran de un perfil muy distinto al de la jornada anterior. Directivos en su mayoría aún no muy convencidos de abrir las puertas al cambio, desaprender conceptos que en la Universidad nos transmitieron como axiomas y con gran reticencia a  trabajar bajo la sombra permanente de la incertidumbre.

Ya no es posible concebir que haya una empresa sin voz humana. La comunicación interna no sólo ha cambiado en su multidireccionalidad, sino en su filosofía y valores, así como en su fin. Transparencia, cercanía, hacer que los profesionales se sientan parte del proyecto empresarial, que aporten y que sus ideas sean valoradas, aprovechar las sinergias y la retroalimentación de perfiles variados. Aprender a gestionar la diversidad y aprovechar el talento colectivo.

Cuando estudiaba en la Facultad, en una ocasión nos contó un profesor un experimento que habían realizado con personas que estaban encarceladas desde hacía muchos años.
Estas personas aprovechaban el escaso tiempo al aire libre del que disponían para dar paseos por el patio de la cárcel cada día.
Tras una rutina forjada durante tanto tiempo, les llevaron a campo abierto para observar cómo reaccionaban y comprobaron que se limitaban a seguir dando paseos, pero lo más significativo era que la distancia que recorrían era exactamente igual que la medida del patio de la cárcel.
Teniendo un espacio inmenso y desconocido para caminar, correr, descubrir caminos inesperados, etc. parecía tener menos sentido disfrutar de todas las posibilidades que ofrecía la naturaleza que romper con su hábito, ni siquiera variar en centímetros la distancia de los pasos recorridos.


Esa misma sensación es la que me transmiten muchas empresas, ¿no os pasa a vosotros?  

Hay tantas posibilidades para cambiar, crear, generar, cuestionar… Pero los límites los tenemos en la mente, seguimos recorriendo y viendo las barreras donde han estado desde hace años, aunque ni siquiera las hayamos comprobado nosotros, en ocasiones es algo que nos han contado otros y hemos aprendido a vivir entre esos márgenes.

Creo que mi discurso en aquella ponencia fue un poco rupturista y no le gustó a todos los que asistieron, pero pretendía no dejar indiferente y sembrar una pequeña semilla de inquietud en quienes no comparten la creencia de que la empresa está condenada a cambiar y adaptarse o a extinguirse.


Pero el evento más especial de todos ha sido poder acompañar a mi adorada Laura Chica en la presentación de su libro “¿Quién eres tú?” el pasado 20 de junio en Sevilla.

 
Leer un libro que ha escrito alguien a quien aprecio y admiro siempre me despierta una sensación especial en el estómago, pero en esta ocasión es un libro que me ha ayudado a replantearme muchas cuestiones importantes, empezando por su título: ¿Quién soy yo?

Os recomiendo que lo leáis, lo subrayéis y lo trabajéis porque os aseguro que merece la pena. Del libro destacaría muchas cosas pero fundamentalmente me quedo con los siguientes puntos:

  • Somos analfabetos emocionales: no se preocupan de nuestra inteligencia emocional en el colegio, ni en la Universidad, en muchos casos ni siquiera en la propia familia. No obstante, qué importante es para poder tener una vida feliz y plena e incluso tener éxito en el ámbito profesional.
  • Ser feliz es una decisión: hay circunstancias que no podemos cambiar, que están ahí y que debemos tenerlas en cuenta. Pero ser feliz supone un esfuerzo, un trabajo y una lucha permanente y diaria. Siempre podemos hacer algo y en cualquier contexto por muy nocivo que éste sea.
  • El optimismo es una vía de supervivencia: en el contexto socioeconómico actual, ser optimista nos ayuda a enfrentarnos a nuestros miedos, a superar obstáculos a fijarnos metas y sólo si creemos que podemos conseguirlo lo haremos. No importa que te caigas, sino lo que de verdad importa es cuántas veces te levantas.
  • El agradecimiento para poder ser feliz y valorar la vida: ¡Qué importante es y cuántas veces se nos olvida ser agradecidos! Y hay tantas cosas y tantas personas a las que agradecer…
  • El ejemplo: enseñar desde el ejemplo, la coherencia y tomar conciencia de que generamos emociones positivas y negativas en nuestra familia, en nuestros equipos de trabajo, en nuestros amigos, en todas las personas con las que interactuamos. Somos responsables del ambiente en el que trabajamos y nos relacionamos y en nuestra mano está influir de manera positiva para propagar un clima más feliz y agradable.

Estas son sólo algunas pequeñas píldoras del libro de Laura, os dejo el enlace del vídeo de la presentación para que podáis conocerla un poquito mejor. Porque ella misma es una persona maravillosa y su libro es su reflejo.
 
Y por último, pero no menos importante, tengo que destacar también lo que me enseñan mis hijos cada día, ¡qué lecciones tan grandes me dan de vez en cuando!
Quienes tengáis hijos y estéis leyendo estas líneas sabréis que no es posible tratar por igual a los niños porque cada uno es diferente y especial. En mi caso, mi hijo mayor Pablo es muy sensible, a veces asume demasiadas responsabilidades para los 10 años que cumplirá a finales de este mes y también es más miedoso que su hermano pequeño.

El sábado 22 de junio fuimos a un centro hípico para ver competir al nieto de un familiar. Cuando llegamos por la mañana Pablo no era capaz de acercarse a un caballo por el miedo que le imponía un animal tan grande y hasta ese momento con el que no había tenido contacto.
Marcos, que es sólo un año más pequeño, tenía la ilusión de aprender a montar a caballo desde hace tiempo y si lo hubierais visto corretear por allí, os habría parecido que se ha criado entre cuadras, en lugar de ser la primera vez que las pisaba. Ese mismo día decidimos inscribir a Marcos a un curso intensivo durante la última semana de junio que se impartía en el centro.
 
A Pablo le dejamos su espacio y de vez en cuando se asomaba y veía de lejos un caballo. Mientras Marcos ayudaba a preparar los caballos, a lavarlos y los acariciaba, su hermano mayor iba haciendo pequeños acercamientos, a su ritmo, abandonando progresivamente su zona de confort y reforzándose cada vez que avanzaba.


El resultado lo tenéis en esta foto. Ese mismo sábado por la tarde Pablo nos pidió que le inscribiéramos también en el curso y para sorpresa de todos, ha descubierto una gran pasión que quiere seguir practicando a la vuelta de las vacaciones.

Pablo no sólo me ha enseñado la capacidad de superación y esfuerzo para vencer sus miedos con sus casi diez años, sino que como él decía: “mamá, ¡qué bien me siento porque he sido capaz de hacerlo yo solo! Y es mucho más divertido de lo que podía imaginar, me siento feliz cuando monto a caballo.”

Ante la adversidad, cada vez mayor esfuerzo y mejor actitud.
Ante el miedo, valor para avanzar y mejorar.
Ante los problemas, la búsqueda de soluciones, alternativas o nuevas perspectivas.
Pero nunca abandonar o huir hacia la desidia.
 
 
Ahora Pablo confía más en sí mismo y sabe lo que es sobreponerse a una situación que asusta para poder progresar, todo un ejemplo a seguir en nuestra vida personal y en el trabajo  ¿no os parece?

Así que echando la vista atrás, veo un mes repleto de vivencias, lecciones aprendidas y sobre todo inspiración  e ilusión para seguir cambiando y para lograr transformar el mundo, aunque sólo sea un poquito, pero no pienso dejar de intentarlo ¿y vosotros?


"Para que una revolución tenga éxito debe redescubrir valores ya olvidados y adaptarlos a las exigencias de la época"

Rabindranath Tagore

La irreverencia de ser tú mismo


Me apasionan las casualidades, los aprendizajes inesperados y los momentos espontáneos que la vida te regala de vez en cuando. Quienes hayáis leído mi post anterior sobre la serendipia seguro que sabéis a lo que me refiero.

El 14 de febrero gracias a Victoria Cabrera (a quien conocía a través de Twitter), contactaron conmigo para preguntarme si quería participar en el programa Andalucia.es de Canal Sur Televisión, en el apartado de #enRed.
El objetivo era poner de manifiesto la presencia de las mujeres en el mundo de las redes sociales y las oportunidades que éstas ofrecen para desarrollar su empleabilidad.

En la grabación coincidí con Ana Herrero a quien conozco y por quien siento cariño desde hace tiempo, también pude desvirtualizar a Victoria y conocí a dos mujeres emprendedoras encantadoras: Virginia León y María Galán.

Hoy quiero escribir sobre su inusual historia y explicar qué he aprendido de ellas y por qué las admiro desde que aparecieron repentinamente en mi vida.
 

 

Después de varios años dedicados a la medicina (neumología y urgencias), mientras volaba de regreso tras asistir a un congreso en Berlín, decidió dar un giro radical a su vida.
 

Se atrevió a dar el salto a la moda porque según sus propias palabras: “no era plenamente feliz aunque lo tenía todo y de forma natural sentía que había nacido para crear moda, lifestyle, comunicación… ¡Ahora por fin me siento brillante! Los que me conocen saben que del gris pasé al flúor.”
Os recomiendo que leáis su manifiesto, es extraordinario.

Abandona la medicina y ¡un contrato indefinido!!!!! para crear la firma #VioletaAndCo a finales de 2008.
Comienza experimentando con materiales vintage y de decoración, creando tocados para ella y para algunas amigas.
Tras realizar varios cursos de sombrerería en Sevilla y Madrid lanza una pequeña colección en 2009.

A finales de 2010 emprende un nuevo proyecto, Studio78AndCo, para apoyar la firma VioletaAndCo, apostando por un fuerte proyecto de branding, estrategia empresarial creativa y comunicación.

Crea un lenguaje propio (el blabla), una filosofía coherente con el alma de  sus creaciones y desarrolla una campaña permanente en redes sociales, que no sólo le ayuda a generar su marca sino que le hace conocer grandes amigos, clientes y suscriptores del blog. Prueba de ello es que el equipo de Studio78AndCo nace de la unión de personas que eran profesores suyos en la Escuela de Diseño y profesionales que conoce a través de las redes sociales.
 

Y su historia no queda aquí, continúa aumentando la “familia ANDCO” con su tercer hijo que nacerá en unos meses.
Compagina su faceta maternal con showrooms, pop ups, y nuevas propuestas, mientras sigue formándose en distintas disciplinas afines porque como ella define: “no hay evolución sin formación y reinvención”.
Su objetivo es hacer de Studio78AndCo un referente en la comunicación-estrategia empresarial y hacer lo que quiera en cada momento. Su lema: be irreverent!
Por eso, su firma, como ella, rebosa originalidad e irrreverencia.

Aquí me veis con una camiseta suya de #mamicool porque yo también he tomado la decisión de cometer la irreverencia de ser yo misma por completo.
 

Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla, en la actualidad ejerce como médico homeópata 
Hasta aquí normal, ¿no? Pero... ¿y si añadimos que es una extraordinaria diseñadora de complementos con gran reconocimiento en el sector de la moda? Ya no es tan habitual, ¿verdad?

 

Empezó en el mundo de la moda y el diseño gracias a la muñeca Miss Patty Largas, que dio nombre a su blog  y que gracias al mundo del social media tuvo su presentación en el mundo 1.0 de manos de personas tan relevantes como Lorenzo Caprile, Nieves Álvarez, Marta Sánchez y un nutrido número de personas relacionadas con el mundo de la moda que valoraban en esta muñeca el hecho de ser un fiel reflejo de su estilo y de ir siempre vestida conforme a tendencias de última hora.
 
 
 
 
Miss Patty Largas tuvo sus primeras apariciones en prensa (TELVA, ABC, Diarios del GRUPO JOLY en Andalucía, Semanario de EL MUNDO, Revista Yo Dona.....) y una llamada del grupo DOBLE ERRE con una propuesta para montar una exposición con una retrospectiva de la moda del siglo XX.

María Galán asumió el reto y lo convirtió en un homenaje a la Duquesa de Alba, por ser una mujer con una visión de la moda muy personal y peculiar.

El resultado fue una exposición con unas veinte muñecas que reproducían estilismos de la Duquesa a lo largo de las diferentes etapas de su vida y que fue todo un éxito.  Como consecuencia: muchos pedidos y trabajo, lo cual empezaba a resultar algo complicado de compaginar con su consulta y sus pacientes.
 
En la primavera de 2012 acaba sus compromisos de pedidos y decide poner punto final a una fase que aunque muy satisfactoria en principio, ya había dejado de ser placentera. Así que desde ese momento inicia una tarea creativa a un ritmo mucho más sosegado que le hace disfrutar más, la creación de collares a partir de piezas que rescata de  muy diversos sitios  simplemente por el hecho de que le provocan alguna emoción, mezclando materiales diversos.
Es lo que ha dado origen al nombre de su primera colección: ECLECTIC NECKLACES que presentó el pasado 8 de marzo en Sevilla y que tuvo una acogida excepcional.
Y esto es sólo el principio de una nueva etapa de su faceta creativa.

 
 
 
 
¿Qué me han enseñado estas dos mujeres emprendedoras?

La cultura del esfuerzo. Ser feliz es una decisión e implica arriesgarse y tomar decisiones que a veces no entienden los demás.

En su caso, el miedo al cambio era mucho menor que las ganas de ser ellas mismas. Han sido mujeres capaces de oír y escuchar su voz interior para liberar la creatividad y el talento que tenían dentro, luchando por salir.
¿Cuántos de nosotros, en caso de que pudiéramos oír esas voces, no las acallaríamos? Por temor al cambio, a equivocarnos, al que dirán, por pereza de salir de la zona de confort, por…. tantos y tantos motivos.
 
¿Qué les hace especiales?

Son mujeres con espíritu emprendedor, valientes, que han roto las reglas marcadas por la sociedad para poder cometer la irreverencia der ellas mismas.
Les caracteriza su sensibilidad para conocer a las personas e interpretar su mundo interior  en sus diseños y creaciones.
Comparten una actitud innovadora y han sabido utilizar las redes sociales para hacer visible su pasión y su trabajo y por encima de todo, valoran lo que esta cultura 2.0 les ha aportado en lo personal y profesional.
Personas formadas, preparadas,  en aprendizaje permanente, que han adaptado su creatividad a la nueva filosofía de trabajo y negocio impuesta por las nuevas tecnologías. Compaginan su vida personal, familiar y laboral.
Son innovadoras porque han superado el miedo a arriesgar y a fracasar y han demostrado que con pasión, esfuerzo y mucho trabajo se puede alcanzar cualquier sueño.
 
Para mí son admirables y un referente a seguir, y vosotros...
 
¿os atrevéis a ser irreverentes?


 

“Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Y si la respuesta era NO durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo”


Steve Jobs


 

La belleza de la entropía


Hace un par de semanas estuve en la presentación del precioso poemario Entropía de Voces, de Milagrosa Díaz Gálvez.

Recomiendo su lectura por los bellos poemas que la autora comparte, desnudando su yo interior en cada uno de ellos.


Me encanta el sentido que Mila confiere a la palabra entropía como:concepto de caos o desorden que pretende conciliar pensamientos aparentemente dispares”, “Espacio de voces que se retroalimentan de dentro a afuera y viceversa” y  “conciliar cavilaciones dispares, porque la vida es confusa”.
Utilizando estos significados del término, me gustaría escribir hoy mis reflexiones sobre el mundo de la empresa,  la gestión de personas y la entropía.
 
 
Originalmente el concepto de entropía apareció como una palabra acuñada del griego em (en-en, sobre, cerca de) y sqopg (mudanza, giro, alternativa, cambio, evolución). La entropía surgió en el campo de la física, pero en la actualidad es aplicable a muchas otras áreas, como la información o la economía.
En su interpretación más general establece que a cada instante el Universo se hace más desordenado. Hay un deterioro general e inevitable hacia el caos.
No creo en la entropía como significado de que todo empeora de manera irreversible. No obstante, sí creo en la necesidad de coordinar pensamientos heterogéneos que afectan a la empresa y a cómo entendemos la función de RRHH.
Hay sistemas en los que la entropía no es directamente proporcional al desorden, sino por el contrario al orden, como puede suceder en las organizaciones. Podemos dar a la entropía el rol de creadora de un nuevo orden.
 
 
Como decía Einstein, todo orden es el primer paso hacia un nuevo caos.  La crisis no tiene por qué ser algo malo que suceda a países y empresas, porque bien gestionada puede conllevar el progreso.
La creatividad nace del desequilibrio, en los tiempos de crisis surgen las mejores ideas de la humanidad.
 
 
La tecnología evoluciona, la sociedad se transforma, las personas se adaptan, el mundo se diversifica y las organizaciones deben innovar. Todo cambia y en el cambio necesitamos encontrar un nuevo equilibrio.
Este equilibrio exige tiempo, esfuerzo y alterar la cultura empresarial.
 
 
No puede haber una organización que crezca sin salir de su zona de confort y para romper con la rutina debe aparecer el caos. Un caos que cuestione las reglas que eran válidas hasta el momento, los principios económicos que hemos seguido y las políticas de RRHH que han gestionado profesionales durante siglos.
 
 
Ninguna organización se salvará del proceso entrópico que estamos viviendo y que nos conducirá a una nueva situación de equilibrio. Este proceso es irreversible. No podremos volver a una situación como la de partida antes de la crisis.
Llegaremos a otra situación diferente, pero sólo siendo una empresa transformada y adaptada.
 
 
El mercado laboral, el tejido empresarial, la economía y las empresas están sometidos actualmente a un proceso invariable que busca un nuevo equilibrio.  Lo que considerábamos caos, encierra una armonía adecuada a las circunstancias actuales.
Hablo del nuevo orden a partir del desorden. De romper con las prácticas de “toda la vida de Dios”, de arriesgar, de fomentar la tolerancia al fracaso para poder evolucionar y  de “aprender a aprender” de una manera disruptiva.
Las empresas sienten una pulsión por reproducir un estado previo, repetir lo que fue válido en una situación social, económica y política anterior. Se trata de una obstinación en querer hacer las cosas como antes. Un buen liderazgo y una correcta gestión de personas tienen el deber de luchar contra esta fuerza.
La entropía siempre crece, es inevitable y siempre nos rodea. El desorden sucede en la vida cotidiana en todos los momentos, pero ¿es malo este caos? Yo lo encuentro incluso bello, por la sensación tan agradable que produce encontrar la armonía dentro del caos.
El grado de incertidumbre generado es positivo, ya no hay respuestas claras ni estructuradas, porque tratamos nuevos problemas que no hemos podido predecir.
Ahora nos toca trabajar para poder estar preparados para los futuros cambios, generar organizaciones flexibles, ser conscientes de la entropía organizativa, suscitar profesionales adaptables y conseguir  un liderazgo resiliente.
La entropía del universo siempre aumenta y nada puede hacerse para evitarlo. En el mundo de la empresa también, depende de la calidad de nuestras acciones, las reacciones que generemos en el entorno. Además hay que tener en cuenta que todo lo que existe pasa gradualmente de un estado ordenado, a otro caótico y de este estado caótico no hay regreso.
La vida es una especie de lucha contra la entropía, por lo que avanzaremos más  si canalizamos toda la energía en adaptarnos al caos en el que nos vemos arrastrados que continuar nadando contracorriente.



                 "Todas las cosas deben cambiar, y solo así permanecen verdaderas"
                                                                                                                                           C.G. Jung