MAJARETAS S.A.


Hay empresas que mienten, son despiadadas, narcisistas, ególatras, carecen de ética, sufren ataques de paranoia, en definitiva, son: MAJARETAS S.A.

¿Quién no ha sentido alguna vez que la empresa para la que trabaja ha perdido la cordura? No me refiero a algún directivo o algún compañero en particular, sino a la organización entera.
Desde que empecé a trabajar he conocido numerosas compañías, sobre todo en mi época de consultora y en más de una ocasión he pensado: ¡aquí se ha perdido la cabeza!
 
Recientemente he leído “Trabajando en una casa de locos” un divertido libro escrito por el orientador laboral alemán Martin Wehrle.

En el post de hoy traigo algunas reflexiones tras la lectura de estas disparatadas historias del día a día en una empresa cualquiera.

Toda organización tiene un lado bueno, un lado malo y un lado oscuro. El lado oscuro es un gran tabú, el lado malo es sobre el que se habla en la máquina del café o en la fiesta de Navidad, pero el lado bueno… ¡Ah, el lado bueno!!! Este es el único en el que se pone el esfuerzo para dejar ver fuera y comunicarlo a todo el mundo, mientras los otros dos lados son estratégicamente escondidos bajo la alfombra.

Si después de leer el post temes que tu empresa pueda carecer de buen juicio: ¡cuidado!!! La locura es más contagiosa de que lo que pueda parecer a simple vista.

La mayoría de los profesionales siente la relación con su organización como un vínculo emocional: amor, odio, compromiso, divorcio… pero nunca indiferencia. Quizá sea un buen momento para que reflexiones sobre qué vínculo emocional tienes con tu actual empresa.

Los nuevos trabajadores que se incorporan a MAJARETAS S.A. entran enamorados del proyecto, de la compañía, de las posibilidades que tiene su futuro profesional, en general sienten un gran amor por todas las bondades que se les ha vendido durante el proceso de selección, pero transcurrido un tiempo la demencia acaba llamando a su puerta y cuando ésta entra expulsa el amor que había.
 
“Cuando se colabora con un loco o se comentan sus manías, se cae en la locura.”
                                                                                              Antonio Gala

¿Cómo saber si estamos trabajando en una organización que está algo trastornada? Aquí tienes algunas de las características más comunes de MAJARETAS S.A.:

 
1.      Hipocresía: es una organización incoherente, desconoce qué significa predicar con el ejemplo y suele ser frecuente que haga lo contrario de lo que dice en sus mensajes corporativos. Tiene una doble moral, se apoya en una buena visión externa pero en cuanto se profundiza un poco se derrumba la fachada.

 
2.     Megalomanía y egocentrismo: la empresa en sí misma es lo más importante, por encima del mercado, de los clientes y por supuesto de su personal. Las ansias de notoriedad son mayores  que las de la excelencia interna y el compromiso del capital humano brilla por su destierro.
 

 
3.      Ausencia de profesionalidad: no se delega sino que se controla de manera enfermiza. Se endosan marrones o se dan taconazos al más puro estilo futbolístico a los problemas importantes, ¡que le caiga a otro, para eso tengo a tanta gente debajo en el organigrama! Abundan los incompetentes (sobre todo en puestos directivos) porque los buenos profesionales desertaron antes de caer presas del enloquecimiento organizativo.  

 
4.      Ausencia de confianza: se desconfía de todo y de todos, los controles se multiplican a medida que crece la organización. Lo más “sensato” es que todo pase por varios filtros. Cualquiera puede convertirse en un traidor, hay que sospechar de todo y de todos.

 
5.     No existe una gestión de personas: ¿empleados? ¿Quiénes son esos? ¡Ah! Un gran gasto a la que empresa está obligada cada mes. En MAJARETAS S.A. no resulta extraño que se haga llorar a los trabajadores, se les grite, se les avasalle, se les ningunee o se les utilice como chivo expiatorio.

 
6.    El talento se caracteriza por su ausencia: en este contexto demente el talento se comprime hasta volverse ínfimo o incluso desaparecer. Los expertos, los mejores, cuando se dan cuenta del lugar en el que han ingresado huyen de la locura lo más rápido posible. Los que se quedan atrapados han aprendido que para sobrevivir es mejor adaptarse a la demencia corporativa y por supuesto no sugerir cambios, mejoras ni hacer críticas, ¿la mejor opción? No abrir la boca.

 
7.      Pésima gestión económica: se recorta el gasto en tonterías o la inversión en aspectos importantes, con decisiones tomadas muy a la ligera. Se malgasta el dinero en cosas insustanciales, no se evalúa la repercusión económica que las medidas tendrán en el funcionamiento de la compañía. Puede estudiarse lo que ahorra la empresa, tal vez lo que gasta, pero nunca lo que pierde en aspectos tan relevantes como el talento, la reputación, los clientes, etc.

 
8.      No hay una estrategia bien definida y diseñada: ¿dónde está el foco? Allí, arriba, moviéndose tanto y hacia tantas direcciones que parece una bola de espejo de discoteca. Hay muchos documentos bonitos, redactados con palabras muy rimbombantes pero no son más que un trampantojo. Las personas que trabajan en MAJARETA S.A. con toda probabilidad desconocen lo que hace el departamento de al lado y nadie les ha comunicado cuál es la estrategia de la compañía y los objetivos reales que deben alcanzar.

 
9.    Elevada rotación de personal: las empresas majaretas tienen muy arraigada la cultura de la presencia por lo que cada año numerosas personas acaban huyendo en cuanto encuentran la salida hacia una organización donde los perros de presa del control y el horario se sustituyan por un mínimo grado de confianza.

 
10.   Alto índice de absentismo: pasar muchas horas al día en un ambiente laboral tóxico acaba afectando a tu salud física y especialmente psíquica. Abundan el estrés y los cuadros ansioso-depresivos en el mejor de los casos, pudiendo agravarse mucho más.

 
11.   Pasión/obsesión por las costumbres y la rutina: ¡vade retro, innovación!!! “De toda la vida aquí las cosas siempre se han hecho así”. ¿Te suena esta expresión? Es una frase lapidaria de todas las MAJARETAS S.A. No se cambia nada que vaya mal, por supuesto ni hablamos de lo que va bien…

 
¿Puede un directivo que ha perdido la cabeza esperar tener un equipo cuerdo, comprometido y motivado?
La respuesta es obvia, ¿no crees?

 

 

Si intentamos analizar una de estas compañías chifladas podríamos acabar preguntándonos, ¿nadie avisa a los directivos de que sus empresas están perdiendo el juicio?
Si fuera tan fácil… ¿Habéis intentado alguna vez convencer a una persona de algo sobre lo que se negaba a escuchar y conversar? Pues es exactamente lo mismo.

La imagen que tienen los directivos de MAJARETAS S.A. está absolutamente distorsionada hasta tal punto que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, pero curiosamente “su realidad” sí es exacta a la percepción que ellos desean tener.

Los empleados tienen que sobrevivir en la organización, para lo que acaban aprendiendo que la “realidad” debe ser maquillada y disfrazada para que el jefe chiflado vea sólo lo que quiere ver, ni más, ni menos.

Estos jefes sin cordura no quieren conocer los problemas, sólo necesitan escuchar que todo está bajo control. Las verdades incómodas quedan prohibidas.

El jefe no tiene que acoplarse a la realidad, sino la realidad es la que debe adaptarse al jefe majareta.

No podemos olvidar que en la empresa en la que reina un loco, hay muchas personas tolerando esa locura y lo que es peor, contagiándose de ella.

La demencia empresarial se acaba extendiendo a la vida privada de los trabajadores, por lo que si no quieres quedar tú también tocado, la única opción que existe es buscar una nueva organización, pero es necesario que te prepares para tu salida. Has de trabajar en tu desarrollo interior, es posible que incluso tengas que reconectarte con sentimientos y valores que has arrinconado, algo así como hacer una “limpieza de Karma mental”.

Conócete a ti mismo para averiguar en qué tipo de organización serás más feliz trabajando y cuál puede ser una empresa que te haga perder el juicio a ti también. Porque una compañía de 400 personas cuenta con 400 percepciones distintas sobre la misma, cada trabajador tiene una imagen propia de su empresa, desde el prisma de sus valores personales y profesionales.

Construye una mejor relación con tus compañeros y jefes hasta que puedas marcharte, empieza la búsqueda de empleo activa hacia una organización sana y sobre todo, evita acabar en otra MAJARETA S.A. por huir con excesiva prisa.

La empresa que elijas para salir de la locura debe encajar contigo, debe hacerte sentir bien, de lo contrario estarás entrando en un camino sin retorno que te llevará al desastre laboral y posiblemente también personal.

 
Afortunadamente, las MAJARETAS S.A. en estado puro son casos muy  excepcionales, aunque sí hay muchas empresas que rozan el límite de la cordura, ¡ten cuidado!

 
“Los locos siempre están seguros de que están bien. Sólo las personas sanas están dispuestas a admitir que están locas.”

Nora Ephron
 




Lo único imposible es aquello que no intentas


Somos los únicos responsables de nuestra vida, quienes construimos nuestra suerte, porque la suerte no es otra cosa que estar preparados para las ocasiones que se presenten y generar nuestras propias oportunidades.

Para triunfar en la vida lo importante no es llegar el primero, simplemente hay que llegar, levantándote cada vez que te caes en el camino.

Como escribió William Ernest Henley en su poema Invictus:

No importa cuán estrecho sea el camino,

ni cuán cargada de castigos la sentencia,

soy el amo de mi destino,

soy el capitán de mi alma.

 
Según Kevin Daum, la gente 'sin suerte' es la que se busca sus propias insuficiencias como excusa, dejando el éxito en manos del azar. Las personas que construyen su vida son las que tienen una rutina y llevan adelante hábitos que les facilitan alcanzar sus sueños.

Esta es la historia de Marián Lozano. Una chica gaditana de 28 años que se ha creado su suerte porque es consciente de que sólo ella es la dueña de su destino.

Os dejo una entrevista para que podáis conocerla un poco mejor, ya que es admirable su ejemplo de cómo concentrarse en aquellas habilidades que nos distinguen de los demás y nos ayudan a sobresalir para trazar nuestro futuro.

 

¿Quién es Marián Lozano?

ML: Soy una chica gaditana de 28 años que desde muy pequeña ha considerado la creatividad como parte fundamental en su vida. El Marketing y la Publicidad siempre han sido mi vocación. Atraída también por el mundo de la empresa, me diplomé en Ciencias Empresariales y en Turismo, y tras obtener esos dos títulos universitarios cumplí mi sueño de licenciarme en Publicidad.

¿Por qué decidiste estudiar publicidad?

ML: La Publicidad y el Marketing son disciplinas que demandan creatividad, proactividad y una gran habilidad para trabajar en equipo. Por mi carácter extrovertido y mi forma de ser trabajar en ello es lo que más me divierte.

En mi carrera trabajaba con números también, pero la creatividad y la imaginación jugaban un papel muy importante. Es algo que considero fundamental a la hora de hacer tuyo un proyecto y convertirlo en algo personal más allá de lo profesional.

¿Qué pensaste cuando finalizaste los estudios?

ML: Terminé mis estudios en uno de los puntos más álgidos de crisis en nuestro país. La tasa de desempleo juvenil alcanzaba cifras históricas. Por desgracia, la situación desmoralizaba. Comienzas con mucha ilusión pensando que teniendo una formación universitaria vas a conseguir trabajar en lo que te gusta, pero en España actualmente tener un título no lo es todo. Hay que ir más allá. Hay mucho nivel en los jóvenes, una sobrecualificación importante, mucho talento y muy poco trabajo.
 
¿Qué te impulsó a diseñar tu campaña de publicidad?

ML: Me impulsó la idea de ser diferente al resto. Cuando aplicaba en ofertas de trabajo sólo era una más para un responsable de recursos humanos. Yo no quería ser sólo la aspirante número 241 entre 500 personas que optaban a un solo puesto de trabajo. Había que simplificar el proceso. A mí lo que me apasiona es el marketing y la publicidad. Por eso pensé que no había mejor manera de hacerme visible que siendo yo misma quien me publicitara. ¿Por qué explicar lo que sabía hacer si podía demostrarlo? Eso fue lo que me impulsó a crear mi propia campaña de publicidad. Quería llamar la atención en mi target, que no era otro que los profesionales de recursos humanos, y aportar un aire renovado y fresco haciéndolos partícipes en mi búsqueda de empleo. Mi idea fue darle la vuelta a la tortilla y en vez de buscar un empleo, propuse buscar al responsable de Recursos Humanos que cumpliera mis doce requisitos. A veces las ideas más locas son las que obtienen mejores resultados.
 


¿Qué has aprendido de esta experiencia?

ML: He aprendido que, como dice el lema de mi campaña, lo único imposible es aquello que no intentas. He aprendido a no hacer caso a toda esa gente que en vez de animarte a cumplir tus sueños te llena de negatividad. He aprendido que hoy en día es fundamental hacerse visible y diferenciarse del resto. Definitivamente he aprendido que con mucho esfuerzo, ilusión y dedicación puedes conseguir lo que te propones.

¿Crees que para generar una marca personal hay que esperar a ser un profesional consolidado?

ML: En absoluto. Generar una marca personal sólo conlleva un esfuerzo personal importante. Consolidarse en el campo donde te mueves es algo que llega más tarde. Si eres un profesional de éxito y ya reconocido, esa marca personal te la crean tus propios clientes. Pero si tu juventud no ha dado lugar a ello, sólo hay que intentar utilizar la creatividad como principal herramienta e intentar diferenciarse del resto echándole imaginación al asunto.

¿Qué opinas sobre las redes sociales? ¿De qué manera te has apoyado en ellas?

ML: Considero que las redes sociales son la base fundamental en el éxito que ha tenido mi campaña de publicidad. Mi inversión tuvo por un lado un coste de 70 euros, valor del hosting y la plantilla Wordpress que utilicé; y por otro lado una inversión de muchísimas horas de trabajo haciendo lo que me gusta. Creo que no hay que poner excusas. Yo como tantos jóvenes en nuestro país, hemos tenido la mala suerte de comenzar a movernos profesionalmente en el momento en el que España pasa la peor situación laboral en mucho tiempo. Pero también hemos tenido la gran suerte de contar con una nueva era digital que nos puede ayudar si sabemos sacar partido de ella. De la crisis siempre surge una oportunidad.

¿Qué consejo darías a las personas que te lean y que estén en búsqueda activa de empleo?

ML: Mi principal consejo es que crean en ellos mismos. Que se pregunten dónde quieren verse en 10 años y hagan lo posible por enfocar su carrera profesional allá donde quieren llegar. Ello implica mucho esfuerzo, dedicación y constancia, que definitivamente son los pilares donde se sostiene el éxito. Las oportunidades no van a llegar solas. Hoy en día hay que buscarlas, hay que hacer lo posible por crear situaciones que sean un trampolín hacia tus metas. El hecho de crear un curriculum diferente es algo que aconsejo a todos los que estén inmersos en una búsqueda activa de empleo. Supone esfuerzo pero los resultados pueden hacer decrecer el tiempo de búsqueda considerablemente.

¿Qué aspectos cambiarías del mercado laboral?

ML: Pienso que el mercado laboral debe evolucionar y dar un paso adelante adaptándose a los cambios que la nueva era digital nos está aportando. Como dejo reflejado al final de mi videocurriculum:
 
 
  
Los tiempos cambian y la manera de buscar empleo también. Es la hora de que tanto empleados como empleadores cambien el concepto tradicional. La base del crecimiento de los países durante el siglo XXI será la inversión en capital humano. Por ello, gestionar una buena marca personal se hace imprescindible en el mercado competitivo en el que nos movemos. Mis propuestas serían entre otras las de ofrecer formación a profesionales para desarrollar sus propios currículums y saber gestionar su propia marca personal; y ofrecer también formación a empleadores para que se adapten al cambio digital y hagan buen uso de las nuevas herramientas de selección.
 
 
¿Cuál es la mayor lección que has aprendido últimamente?

ML: La mayor lección que he aprendido es que para “crear” hay que “creer”. Cree en ti mismo con tanta fuerza que los demás no puedan evitar creer en ti. Cuando ves una pequeña luz en un túnel y se te enciende la bombilla, sólo queda confiar en que lo que estás haciendo tiene sentido. Si a ello le pones ilusión, dedicación y muchas ganas el éxito está casi asegurado. Soy de las que pienso que hoy en día "el futuro lo creas tú".

¿Qué te mueve, qué te motiva? ¿Cuáles son tus sueños?

ML: Me mueve poder trabajar en lo que me gusta. Cuando haces algo que no te importa mucho, trabajar incansablemente para ello se convierte en estrés. Sin embargo cuando haces algo que te encanta, tu trabajo se convierte en pasión. Mi sueño a largo plazo es poder liderar un equipo de trabajo, delegar responsabilidades y aprender constantemente de una disciplina en continua evolución como es el Marketing. Con esfuerzo y sobre todo con mucho trabajo espero conseguir hacerme un hueco importante en el campo donde quiero estar. Nadie alcanza la excelencia en un oficio que no ama.

 
Gracias Marián por inspirarnos y por ser un ejemplo de una persona joven con talento que no espera al momento oportuno porque el mejor momento para empezar es AHORA.

 
"Aléjate de las personas que tratan de menospreciar tus ambiciones.
La gente pequeña siempre hace eso, pero los verdaderamente grandes te hacen sentir que tú también puedes ser grande. "


Mark Twain
 

Internet de las personas y el ocaso de la empresa convencional


Es probable que resulte machacón hablar de la repercusión que la aparición del Internet de las personas ha tenido en todos los estratos de la sociedad. Sin embargo, cuando observo de cerca cómo siguen gestionando su capital humano numerosas empresas, estoy convencida de que la mayoría de directivos, CEOs y Consejos de Administración no se ha enterado de nada.

Así que…

Aviso para navegantes:
 
La web social es una tecnología disruptiva histórica de una relevancia tan grande como en su momento supuso la Revolución Industrial.

Las diferencias con este momento histórico que estamos viviendo no sólo están en la naturaleza del cambio sino también en su ritmo.
Hemos vivido los cambios más profundos de la historia de la humanidad en los últimos cincuenta años.

Las nuevas tecnologías han transformado nuestra manera de informarnos, aprender, pensar, entretenernos, relacionarnos, comunicarnos y por supuesto han revolucionado la naturaleza del trabajo.

Esta tecnología disruptiva histórica no ha penetrado en la cultura social existente, la ha cambiado para siempre.

Tras la aparición de la web social el mundo no ha vuelto a ser, ni será, el mismo.

Una consecuencia de la sociedad líquida en la que nos encontramos es que se ha producido una brecha, un gran desajuste entre los sistemas de educación y formación, las empresas y los profesionales del siglo XXI.

 
Los sistemas de educación públicos fueron diseñados para dar respuestas a las demandas de una sociedad industrial, donde se perseguía la estandarización, la linealidad y el conformismo. Pero la vida es orgánica y diversa, la educación y la formación deben capacitarnos para ser profesionales flexibles y adaptables, que ayudemos a las empresas a responder a un mercado en cambio permanente.

Las organizaciones también están vivas y cambian, se relacionan y caducan. Los directivos son los responsables de generar empresas que respondan a las necesidades del mercado y de sus profesionales, para que puedan sobrevivir.

Parece que todo el mundo se ha enterado de que estamos en un punto de inflexión, a excepción de una generación de directivos que se resiste con ahínco a abandonar su zona de comodidad ideológica.

"Los cubos de basura de la historia empresarial están llenos de restos de empresas, y de industrias enteras, que se resistieron al cambio." (Ken Robinson)

Las empresas han intentado durante demasiado tiempo ejercer un control sobre los trabajadores mediante la filtración de la información. Pero mala suerte, la web social les ha quitado el poder de la información.
Los profesionales  están extremadamente interconectados e informados de manera que ya no es posible controlar las relaciones laborales mediante la información. Supone una enorme dificultad esconder algo en la era de Internet.

La web social ha creado una cultura de conectividad. En un mundo hiperconectado por las nuevas tecnologías las estrategias de ocultación y engaño no tienen cabida en las empresas.

Las redes sociales están diseñadas con arquitecturas de información abiertas, que permiten compartir ideas y opiniones y que éstas sean tenidas en cuenta.
 
 
 

Los profesionales están exigiendo una gestión transparente, coherente con el contexto social en el que viven.

La transparencia no ha de confundirse con ser un libro abierto. La transparencia se traduce en evitar la mentira y la ocultación de información relevante y estratégica para los profesionales de la compañía.

Las empresas deben aprender a conversar, no saben escuchar, no se han visto obligadas a hacerlo antes. No han dado voz a sus trabajadores hasta ahora, ni siquiera les ha interesado escuchar lo que tenían que decirles, pero ya no pueden contar con profesionales con talento sin conversar con ellos y dejarles participar activamente en el desarrollo de la organización.

 
Vivimos guiados por unas ideas que ya no son válidas, ha llegado el momento de sacudírselas de encima para avanzar y dejar de juzgar las cosas desde la perspectiva de unos valores culturales de otra época. Como pronosticó el manifiesto Cluetrain, ha llegado el internet de las personas y el ocaso de la empresa convencional.

 
52. La paranoia mata la conversación. Esa es su meta. Pero la falta de una conversación abierta mata a las empresas.
 
El manifiesto Cluetrain: el ocaso de la empresa convencional
 
 



De mayor quiero ser bambú


Hace tiempo decidí que en el futuro quería ser feliz.

Recientemente me he dado cuenta de que también quiero parecerme a un pato.

Ahora acabo de descubrir que de mayor quiero ser bambú.

 
Si hay dos características que definen a esta planta son la flexibilidad que le permite doblarse frente a cualquier inclemencia climatológica sin romperse y recuperar rápidamente su forma; y la resistencia, gracias a su extraordinario proceso de crecimiento. El bambú tiene unas propiedades físicas y mecánicas similares a las del hierro.

Una semilla de bambú necesita mucho tiempo para germinar, los brotes tardan siete años en atravesar la tierra pero cuando emergen se desarrollan a una enorme velocidad.

En un período de un mes la planta crece más de 30 metros y aunque se corte varias veces, continúa creciendo. Su producción es permanente porque no necesita replantarse después del corte.

Durante los años de aparente inactividad el bambú genera un complejo sistema de raíces que le permitirán sostener su posterior crecimiento, importante, teniendo en cuenta que pueden vivir centenares de años.

Los años de crecimiento bajo tierra son la clave de su fortaleza, su vida reside en su raíz, por ello aunque corten el tallo, la planta seguirá creciendo ajena a cualquier elemento que atente contra su supervivencia.
 


 
No soy experta en coaching ni en resiliencia pero si algo tengo claro es que en el mundo de la empresa, al igual que en la naturaleza, nada es permanente y todo está abocado a la evolución y transformación.
 
El modelo actual de trabajo nos exige ser flexibles como el bambú, recuperar deprisa la forma después del temporal y resistir cualquier amenaza externa que pueda llegar de improviso.
 
Como enseña el taoísmo, la flexibilidad es la gran firmeza y se ha convertido en una de las principales competencias para que una persona pueda triunfar en su vida laboral y personal.


“El hombre al nacer es blando y flexible, y al morir queda duro y rígido.
Las plantas al nacer son tiernas y flexibles  y al morir quedan duras y secas.
Lo duro y lo rígido  son propiedades de la muerte.
Lo blando y flexible son propiedades de la vida.
La fortaleza de las armas es la causa de su derrota y el árbol robusto es derribado por las hachas.
Ser dócil y ceder es la disciplina de la vida.
Un ejército sin flexibilidad nunca gana la batalla.
Un árbol que no se inclina se quiebra fácilmente.
Lo rígido y poderoso caerá;
lo humilde y flexible se levantará.”
Tao Te King, Lao-Tsé
 

Quiero ser una profesional de bambú que necesita muchos años de crecimiento invisible pero que serán el corazón de mi fortaleza, porque he comprendido que el esfuerzo, la perseverancia y el trabajo que no perciben los demás es lo que permite crecer alto y ajeno a cualquier temporal que pueda avecinarse. Ni siquiera importará que alguna empresa o directivo tóxico te corten varias veces, seguirás creciendo a pesar de todo, tus cimientos te habrán preparado para ello.

 
Siete años pueden parecer una eternidad pero es el período necesario para generar una raíz capaz de sostener una persona de bambú cuya fuerza resida en su flexibilidad.

 
Hay unas hojas que protegen al tallo tierno de la planta de bambú en su desarrollo inicial y en algunos casos permanecen siempre en su base.

Poco a poco voy identificando qué y quiénes constituyen esas hojas que me protegen desde que empecé a gestarme como profesional y espero que también se queden para siempre en mi vida.

 
El éxito en el futuro entorno social y laboral pertenecerá a los profesionales de bambú.
 
¿Qué tal un cuento para reflexionar?
 
 
¿Prefieres ser un helecho o ser bambú?

 

Un día decidí darme por vencido…renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi vida. Fui al bosque para hablar con un anciano que decían era muy sabio.

-¿Podría darme una buena razón para no darme por vencido? Le pregunté.
-Mira a tu alrededor, me respondió, ¿ves el helecho y el bambú?
-Sí, respondí.
-Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.
-En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el tercer año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante.
-El sexto año, el bambú creció más de 20 metros de altura. Se había pasado cinco años echando raíces que lo sostuvieran. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
-¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Le dijo el anciano y continuó…
-El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso.
-Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida, le dijo el anciano y continuó…
-La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante…

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes… quizá sólo estés echando raíces…

 Anónimo
 


¿Y tú qué eres? ¿Pollo o pato?


Si me hubieran hecho esta pregunta hace unos meses no habría sabido qué responder. Imagino que después de pensarlo un rato habría querido argumentar que prefiero ser pato por la libertad de poder volar, vivir en un entorno agradable e incluso cambiar de residencia buscando el buen tiempo…

Pero tras varias conversaciones interesantes con alguien a quien admiro mucho, ahora puedo afirmar con seguridad que quiero convertirme en un pato en el entorno profesional y en mi vida personal.

¿Y por qué quiero ser un pato?
 
 

Porque como me ha explicado Alejandro Costa, las personas recibimos el feed-back de nuestra actividad continuamente y esta retroalimentación de información la percibimos como una especie de cubo de agua fría que nos tiran encima.

Ante un feed-back que nos dé alguien podemos reaccionar de dos formas: como un pollo o como un pato.


Cuando el pollo se queda mojado y sorprendido le cuesta reaccionar, está incómodo, desorientado y lo más probable es que se sienta mal.
 
Pero cuando al pato le arrojas agua de golpe, se sacude rápidamente y es capaz de seguir nadando como si no hubiera ocurrido nada anormal o desagradable, porque de hecho el agua forma parte de su medio natural.

Si pensamos en una evaluación del desempeño en la mayoría de las organizaciones, en concreto en el feed-back que se recibe por parte de los responsables, estaremos todos de acuerdo que en demasiadas ocasiones la gente sale del despacho de su jefe con aspecto de pollito mojado y desorientado, en lugar de un pato que nada contento, ¿verdad?
¿Es posible cambiar esto?
 
 

Desde que me interesa aprender sobre la gamificación aplicada a la gestión de personas, me he dado cuenta de la cantidad de horas que dedicamos al trabajo en un ambiente de tensión, conflicto, enfados, discusiones, seriedad, etc.

La  semana pasada tuvimos en casa un “finde muy hogareño” por varias cuestiones de salud y lo dedicamos a estrenar todos los juegos de mesa que los Reyes Magos habían traído a mis hijos.

Hubo momentos de alta competitividad (aquí entono el mea culpa), risas, complicidad, estrategias, etc. pero lo que predominó en todos los juegos fue el entretenimiento y el buen clima.

Así que uniendo ambas situaciones no puedo evitar reflexionar por qué no utilizar estrategias de juego en un entorno profesional para que podamos cambiar una rutina, aprender algo, debatir un tema o hacer cualquier otra cosa en un entorno más relajado, con menos rigidez y que además nos motive.

Reconozco que no suena fácil, pero desde luego no es algo imposible de conseguir y como me encanta poder poner ejemplos de personas y organizaciones que se arriesgan y hacen las cosas de otra forma, hoy quiero compartir el caso de C&G.

 
Cuando Alejandro me llamó este verano para presentarme un proyecto y pedirme mi feed-back, no podía sospechar que se trataba de algo tan rompedor, pero así, de repente y por sorpresa conocí a Paconica.

 
Paconica es un sistema de gestión de recursos humanos que utiliza técnicas de gamificación cuyo objetivo es aumentar la motivación y el “engagement” de las personas de la empresa.

 


Lo que más me fascina de este sistema no es que permita una comunicación multidireccional o gestionar la inteligencia colectiva, sino que sirve para medir el desempeño de manera objetiva,  democrática y ¡divertida!!!

Paconica está diseñado con algunos de los principales elementos de juego: badges que asignan unas personas a otras, ranking,  dinero virtual que se puede intercambiar por cursos, equipos informáticos, etc.

 ¿Y por qué su logo son dos patos? Pues porque está basado en la filosofía del feed-back pato.
 

Teniendo en cuenta que se trata de hacer tangible el salario emocional en el que desgraciadamente muchas organizaciones aún no quieren ni oír hablar sobre él, me parece absolutamente revolucionario.

 
Os dejo unos vídeos para que podáis comprobar por vosotros mismos que es posible una gestión de personas humana, innovadora y que confiere al trabajador un rol activo en el desarrollo de la propia organización.

¡Todo un ejemplo a seguir!

 

http://www.youtube.com/watch?v=EyY5PQg0WuQ&feature=youtu.be
 
 
http://www.youtube.com/watch?v=3fuO2cL1qIU&feature=youtu.be
 
 
"El trabajo consiste en lo que un organismo está obligado a hacer; el juego consiste en lo que un organismo no está obligado a hacer."
                                                                                                                                           Mark Twain